A escaso mes y medio de las llamadas elecciones territoriales en Colombia, la Misión de Observación Electoral (MOE) se encontró con un tema singular en el país de cara a este debate electoral: la inscripción de un candidato único al cargo de alcalde.

Llama la atención, porque aunque este tipo de candidaturas fueron algo frecuentes durante el auge del paramilitarismo, -al menos en la Costa Caribe- en la actualidad ya no se dan, y tampoco se tenían noticias de que en el interior del país estuviera ocurriendo ahora el singular fenómeno de aspirante único.

El caso presente sucede en un municipio tal vez desconocido para muchos en la Costa, se llama La Capilla, de apenas 2.550 habitantes, situado en el nororiente del departamento de Boyacá.

El candidato de marras, sin rival aparente, es Álvaro Efraín Rojas Bermúdez, de 57 años, y de profesión administrador de empresa, quien inscribió su nombre al máximo cargo del municipio con el aval del Partido Conservador, “el de mi familia”, enfatiza.

Pero contrario a lo que se puede pensar, de que Rojas tiene ya la elección asegurada, el sistema electoral vigente en el país se le puede atravesar en el camino, “y sin querer queriendo”, le podría frustrar su aspiración.

Sus máximos oponentes son solo dos, de los que podría decirse no tienen color político, ni aval de algún partido, son silenciosos, e incluso misteriosos. 

Serían: la abstención electoral y el voto en blanco.

Él es consciente de la peligrosidad de esos competidores sin rostro en el tarjetón, y por eso afirma que eso de ser candidato único no le asegura la elección.

“Tengo que seguir trabajando porque hay niveles altos de abstención y la actual administración me hace mala atmósfera para que no me acompañen el día de las elecciones”, comentó Rojas.

Según la MOE, hasta el momento no hay razones conocidas que demuestren explícitamente por qué Álvaro Efraín Rojas Bermúdez es el candidato único a la alcaldía de La Capilla.

Sin embargo, Rojas aseguró que hubo cuatro aspirantes semanas previas a la inscripción oficial en la Registraduría, pero decidieron declinar sus intenciones al parecer por falta de apoyo, y ello le despejó el camino.

Rojas Bermúdez señala que su figura es conocida en el municipio porque es muy activo en el comercio de la región, y porque lo escogieron como representante de las asociaciones de mineros de la localidad. La zona concentra algunos yacimientos esmeraldíferos.

El candidato único dice que ha enfocado su campaña en tres objetivos: el arreglo de vías, la activación del comercio y darle un carácter más empresarial al municipio.

Denuncia que las administraciones lo han convertido sólo en fuente de burocracia inoperante.

Otro detalle atípico en este candidato único, es que solo visita La Capilla los fines de semana.

Sábado y domingo desarrolla su campaña proselitista en el casco urbano de la población y entre las 15 veredas que hacen parte de su jurisdicción.

El resto de la semana, de lunes a viernes, permanece en Bogotá en su papel activo de comerciante.

Reconoce que el contrincante que puede estropearle sus planes al frente de la alcaldía no es el voto en blanco, sino el abstencionismo, que es habitual en su tierra.

El nombre curioso de este municipio tiene obviamente raíces religiosas, derivada de la construcción de una capilla por la aparición en el lugar de la figura de la Virgen de la Candelaria.

Esto concentró muchas romerías que le dieron vida al lugar hasta convertirlo en un asentamiento, y de ahí para adelante tomó forma de población hasta constituirse en municipio el 23 de diciembre de 1793.

Las actividades comerciales más importantes son la alfarería, las artesanías, la agricultura y el sector minero de las gemas.

Como casi todo el altiplano boyacense, La Capilla explota también un hermoso escenario natural como medio turístico, un punto al que también le está apuntado el candidato único a la alcaldía, Álvaro Efraín Rojas Bermúdez, al tiempo que espera torcerle el pescuezo al abstencionismo de su gente.